Hoy quiero contarte de otra movida que hice y aprovechar mi propia historia para hablarte de la importancia de soltar para poder recibir.
A finales de 2019, y a partir de mi experiencia educando a mis hijas en casa, empecé a brindar asesorías a familias que querían educar a sus hijos en el hogar. Ofrecí talleres, mentorías grupales e individuales, creé mucho contenido y hasta produje y vendí un curso online acerca del tema. Fueron casi tres años en los que pude ayudar a muchísimas familias y generar ingreso haciéndolo. Hoy son cientos de personas las que han tomado mi curso y decenas las que han hecho mis mentorías. Ciertamente es una gran satisfacción para mi.
Pero desde hace algún tiempo acá había estado sintiendo que esa gestión llegaba a su final. Ya no sentía tanto el llamado a ayudar a las familias en su transición a iniciar el camino de la educación fuera de la escuela… empecé a sentir otro llamado.
En meses recientes muchas mujeres se me han acercado para preguntarme acerca de mi proceso de sanación física, específicamente de cómo he logrado reducir el tamaño de mis fibromas uterinos. Cada día más y más mujeres se acercan a mi preocupadas con sus diagnósticos y angustiadas con la idea de tener que pasar por una histerectomía. Las he estado compartiendo tips, consejos y mucho empoderamiento, el mismo que yo tuve en mi momento de parte de mi ginecóloga, mi nutricionista y todo el equipo de profesionales que me atendió.
Esto me hizo pensar que quizás podía ayudar a más mujeres que no tuvieron la misma suerte que yo tuve de encontrar profesionales que me alentaran a sanar de forma natural en lugar de recurrir a procedimientos más drásticos, como una histerectomía o remoción del útero.
Por eso, en el espíritu del cambio, la transformación y el desprendimiento del que te hablé la semana pasada, decidí soltar el proyecto Hablemos de Unschooling (sobre educación en casa) para inaugurar Sanar Esencialmente, mi nuevo proyecto de bienestar holístico, a través del cual comparto tips que me ayudaron a mi a perder peso, cambiar hábitos, reducir exposición a tóxicos y a ganar salud en general, logrando así hacer que mis fibromas redujeran dramáticamente de tamaño (más de 50%).
Te cuento toda esta historia para alentarte al cambio, a la transformación, a dejar ir lo que ya no funciona para abrirte a nuevas oportunidades. El cambio puede ser aterrador, pero más aterrador es quedarte haciendo algo que ya no quieres hacer por miedo a intentar algo nuevo.
¿Quieres saber cómo encarar el cambio? Aquí te doy algunos consejos:
- Supera las razones para no querer hacerlo: entiende claramente qué te detiene y cuestiona si son razones de suficiente peso.
- Replantea los cambios como una prioridad: identifica cuál es tu motivación para cambiar. ¿Por qué quieres hacerlo? ¿Qué significaría en tu vida y qué tan diferente te sentirías?
- Hazlo con otra persona: hazte acompañar por una amiga, tu pareja o una coach, alguien que te apoye en tu decisión y con quien puedas rebotar ideas. Tener apoyo y recibir crítica constructiva es muy empoderante.
- Establece un plan y organízate: ten clara tu estrategia, cómo vas a hacer qué y cuándo. Esto es primordial para que tus cambios fluyan y no te generen ansiedad.
Recuerda que, si quieres transformar tu vida y te negocio en compañía de otras mujeres haciendo cambios importantes en todo el sentido de la palabra, puedes unirte al MASTERWOMB, mi nuevo programa grupal de transformación y emprendimiento. Ingresa este enlace y conoce todos los detalles. Quedan solo cinco cupos.
Espero que esta información te sea útil y que te inspire a hacer los cambios que quieres hacer pero que te mantienen paralizada. Analiza cómo serías más feliz y visualízate exitoso, libre y abundante.
Recuerda: ”No tengas miedo de renunciar a lo bueno e ir por lo magnífico” -Steve Prefontaine