La semana pasada escribí en este espacio acerca de la niña buena interna; esa que tiene la inmensa necesidad de satisfacer las necesidades y expectativas de todos y siempre tiene la sensación de no estar viviendo al nivel que se espera de ella. Es la niña que muchas de nosotras llevamos en nuestro interior y que, de forma inconsciente, domina nuestra vida, nuestras decisiones y nuestras acciones. Es gracias a la presencia de esta niña buena interna que muchas veces sentimos ansiedad y culpa.
Pues bien, hoy quiero escribirte de otra niña que vive en tu cabeza y para ello quiero que hagamos un ejercicio. Trata de recordar la primera niña que te hizo bullying o te intimidó en tu niñez o adolescencia, esa que quizás te decía bruta, fea, gorda o estúpida. Aquella niña del colegio que se rió de ti o te hizo una broma pesada, la que te causaba vergüenza y humillación.
En mi caso se llamaba Melinda y muchas veces me hizo llorar de rabia, tristeza y mortificación. Recuerdo a Melinda con lujo de detalles. Era delgada y siempre usaba el cabello hasta los hombros. Fue de las primeras de mi clase que se tiñó el cabello y lo llevaba color castaño.
Desde los 14 ó15 años Melinda me mortificó muchas veces con sus comentarios, bromas y rechazos. Hoy, ya de adulta, me ‘visita’ de vez en cuando en mis pensamientos y es la voz que me dice ‘’qué mal te ves con eso’’ cuando me miro al espejo, o ‘’no eres buena en lo que haces’’ cuando experimento algún fracaso. Es la voz que me dice ‘’no vayas a hacer el ridículo’’ o ‘’no te atrevas a fallar’’. Su presencia en mi mente me mantiene muchas veces dudando de lo que hago, o pensando que tengo que ser de alguna u otra forma para encajar en el grupo de las ‘’niñas populares’’.
Vivir con Melinda -o la niña bully interna– en la cabeza, se me hizo intolerable, y por eso le pedí que se fuera. Cada vez que regresa le repito lo mismo: ‘’cállate, ya no puedes mortificarme. No soy una niña, ¡soy una mujer libre y creativa!’’
Obviamente Melinda no tiene nada que ver con mis pensamientos limitantes y temores creativos, pero darle una voz y ponerle rostro a la niña bully interna que vive en mi mente me ayuda a deshacerme de ella con mayor facilidad, a regresar a mi poder y a reencontrar mi norte.
¿Tu también tienes una niña bully interna viviendo en tu cabeza? Pues te comparto algunos tips para que le muestres la puerta de salida.
- Asígnale un nombre y un rostro a tu niña bully interna: Así como yo recuerdo la cara de Melinda cada vez que mi voz interna comienza a criticarme, te recomiendo que le asignes un nombre a la voz que te critica y que te dice que no puedes. Darle un nombre a tu niña bully interna te ayudará a darte cuenta que no tienes que estar de acuerdo con las cosas que te dice, y hasta se te hará más fácil ver lo ridículos que son algunos de sus mensajes.
- Corta la conversación con tu niña bully interna: Cuando tu niña bully interna comience a hablar, a intimidarte o a provocarte, no te enganches en una conversación con ella. Por ejemplo, si te dice que no puedes hacer algo, dile: ‘’necesito que te marches, claro que puedo hacerlo’’.
- Usa la voz de tu mujer libre y creadora: Tan pronto como calles a tu niña bully interna, usa la voz de tu mujer libre y creadora para darte ánimo y ayudarte a retomar el enfoque de lo que quieres lograr o cómo te quieres sentir. Vuelve a tomar el control de la conversación en tu cabeza y mantente consciente de tus pensamientos y tu diálogo interno.
Para que puedas trabajar este tema de manera integral y holística,hoy te regalo tres herramientas que te ayudarán a callar la voz de tu niña bully interna. Éstas son:
- Aroma de lavanda- utiliza la lavanda para combatir la ansiedad, sentirte más creativa, y comunicarte con mayor claridad. Difunde aceite esencial de lavanda en tu casa o lugar de trabajo o aplícate un poco (diluido en aceite portador) para una sensación de claridad instantánea. Para más información de cómo obtener aceites esenciales de calidad escríbeme a soyjess@jesspazos.com
- Ritual: despide a tu niña bully interna- escribe una carta en la que despidas a tu niña bully interna. Dile que no es bienvenida en tu mente, que ya no quieres escucharla más y que ahora tu vida la dirige la mujer creadora y libre que eres. Escribe la fecha en la que haces efectivo el despido y, para sellar el ritual, quema la carta y esparce las cenizas.
- Ejercicios de respiración – Hacer breathwork o ejercicios de respiración te ayudará a reducir la ansiedad que provoca tu niña bully interna. Puedes realizar esta técnica sentada o recostada en un lugar tranquilo y cómodo. Aquí te doy el paso a paso:
- Primero observa cómo te sientes cuando inhalas y exhalas normalmente.
- Escanea mentalmente tu cuerpo. Es posible que sientas tensión en tu cuerpo.Respira lenta y profundamente por la nariz. Observa cómo tu vientre y la parte superior de tu cuerpo se expanden.
- Exhala de la manera que te resulte más cómoda, suspirando y haciendo sonido, si así lo deseas. Haz esto durante varios minutos, prestando atención a la subida y bajada de tu vientre.
- Elige una palabra o frase que te ayude a concentrarte y repitela durante la exhalación. Puedes decir ‘’me siento segura’’, ‘’estoy bien’’ o ‘’me amo incondicionalmente’’. Sigue respirando por varios minutos.
Hoy, gracias a una búsqueda rápida en LinkedIn, supe que Melinda es una profesional de la motivación y el crecimiento personal, y que vive en California. Entonces, si mi bully de la infancia pudo pasar de acosadora a motivadora, la bully de mi cabeza también puede hacerlo, al igual que la tuya, pero para ello eres TÚ quien debe hacer el trabajo. Anímate a crear la vida que quieres, sin las interrupciones, limitaciones o autosabotajes que no te dejan progresar. Es hora.
A través del coaching creativo holístico podemos identificar y desbloquear todas aquellas creencias que entorpecen tu camino a la vida que deseas. Agenda hoy una llamada exploratoria gratis y hablamos de tus sueños.
Espero que esta información haya sido útil para ti. Si es así escríbeme o compartela con las mujeres de tu vida.