Hace un par de semanas estuve colaborando con una empresa que necesita desarrollar un plan de mercadeo para hacer crecer su negocio. La intención inicial de la persona que me contactó era que trabajara en una propuesta y un plan para luego implementarlo con su equipo. No obstante, le presenté a mi cliente otra ruta: la ruta del Design Thinking y la innovación interna. Le propuse utilizar la inteligencia e información de sus propios colaboradores para innovar en cómo hacer crecer el negocio, dándole a los clientes existentes una mejor experiencia de marca. Mi cliente se abrió a esta opción y pocos días después estábamos trabajando en un proceso que nos permitió generar ideas innovadoras de retención y recuperación de clientes.
Todas las ideas surgieron del equipo, de su conocimiento y experiencia, de sus frustraciones y sus preocupaciones con el negocio. Esto hará toda la diferencia a la hora de poner el marcha en plan, porque ellos mismos generaron las ideas y entienden qué problemas resuelven.
¿Cómo lo hicimos? Te explico en seis pasos cómo podemos alcanzar innovación por medio del Design Thinking trabajando con equipos internos.
1. Comprender: el primer paso consiste en definir el problema para entender a qué nos enfrentamos. Para esto es importante ser vulnerable y honesto; abrirse con claridad a las situaciones que no están permitiendo generar más negocio, o a los problemas que el negocio no está resolviendo (o le está creando) a sus clientes. El problema puede ser interno o externo.
2. Observar: es importante aprender de los errores y observar los resultados para mejorar la experiencia. Es necesario entender de dónde viene el problema a resolver, cual es su raíz y sus consecuencias.
3. Definir el punto de vista: una vez recopiladas las observaciones hay que marcarse una línea a seguir. De esta forma aterrizamos el problema y vemos con claridad qué buscamos con el proceso. Casi siempre se plantea el problema en forma de pregunta.
4. Encontrar ideas: existen miles de formas de encontrar ideas, ya sea mediante brainstorming, inspiración, etc. En este proceso es importante la apertura de mente, la suspensión del juicio, el trabajo en equipo y la cantidad….si, la cantidad. Mientras más ideas presentemos, mejores ideas resultarán.
5. Crear un prototipo: una vez hemos hallado nuestra idea, es hora de hacerla realidad en un primer estadio de experimentación. La intención de este proceso es aprender, ajustar o re definir la idea antes de implementarla.
6. Probar: el prototipo nos muestra las fortalezas y debilidades de nuestro producto o proceso, así ahora toca experimentar con él para mejorarlo. La innovación requiere iteración constante; una vez implementada la idea debemos siempre regresar al paso uno y cuestionarnos si seguimos resolviendo el problema que queríamos resolver.
Cada vez más las organizaciones necesitan apostar a su capacidad interna. Para ello hay que capacitar a más personas con las herramientas necesarias para desarrollar nuevos hábitos, aplicando enfoques más creativos en su trabajo cotidiano, transformando efectivamente la cultura para que sea más innovadora.
Una de las herramientas que ayuda en este proceso es el Design Thinking.
Si quieres conocer cómo esta metodología puede promover una cultura de innovación y creatividad en tu empresa o si quieres adoptarla en tu proceso creativo como emprendedor, escríbeme a soyjess@jesspazos.com
Estoy a la orden.