Este año se cumplen dos años desde que cerré mi computadora por última vez en mi antiguo trabajo. También se cumplen dos años desde que dejé la seguridad de recibir una transferencia bancaria con un salario los días 15 y 30. Hace dos años me embarqué en la gran aventura de emprender: un salto al vacío que siempre tiene sus altas y sus bajas.

Los primeros años de un emprendimiento son los más duros: tienes que establecer tu marca, definir tus productos y servicios, manejar presupuestos y adoptar una rutina que te ayude a tener la disciplina necesaria para generar ingresos recurrentes. ¡Todo un trabajón!

Pero el emprendimiento tiene muchas ventajas maravillosas que a veces olvidamos por estar en el corre y corre de hacer funcionar nuestro negocio. Por eso, hoy quiero invitarte a disfrutar más la experiencia de emprender con estos cinco consejos que te ayudarán a tener una visión más positiva de tu proceso. Te los regalo y me los regalo, pues no todos los practico, pero podemos empezar juntos. ¿Te parece?

Mantén una actitud positiva:

Inicia un diario de gratitud en el que cada noche anotes al menos tres cosas por las que estás agradecido. Llena tu diario de afirmaciones positivas y citas motivadoras, y léelas y reléelas para condicionar tu mente hacia el optimismo. Yo estoy iniciando esta práctica ahora, luego de posponerla por mucho tiempo y de haber comprado decenas de cuadernos y libretas con esa intención.

Otro consejo importante es rodearse de gente positiva y evitar a los vampiros energéticos que solo hablan de los aspectos negativos del emprendimiento. ¿Te pasa? ¿Conoces alguno?

Despiértate más temprano:

Hace más de 15 años viví todo un mes en un monasterio trapense en Crozet, Virginia. Cada día me levantaba a las 4am e iba directo a la capilla con las hermanas para rezar laudes. Recientemente retomé esa rutina monástica y me he dado cuenta lo positivo que es despertar cuando aun todos duermen y dar gracias por un nuevo día. Además la jornada  rinde más y puedes organizarte mejor. No tienes que levantarte tan temprano como yo, pero verás que tan poco como 15 ó 30 minutos antes de tu hora regular hace una gran diferencia.

Organiza tus espacios

Esta es una de las áreas con las que más lucho. Mi escritorio tiende al desorden, tanto por mis cosas como por las de mis hijas, que piensan que mi oficina es una extensión de su área de juego. Pero el que nuestro espacio de trabajo esté ordenado, recogido y organizado ayuda mucho a disfrutar más de él. Tan pronto dejes de usar algo, ponlo en su sitio, ¡así de sencillo! Bota, vende o dona todas aquellas cosas que no necesitas. Disminuir el caos te dará más paz.

No te sobre comprometas

Hace poco más de un mes una amiga me pidió unirme como voluntaria en un proyecto de emprendimiento que está trabajando su suegro. Pasaban los días y ellos celebraban reuniones a las que yo no podía asistir por otros compromisos laborales o familiares. Ayer mismo, con mucha humildad, le escribí para decirle que no podía mantener el compromiso porque les iba a quedar mal, o peor de lo que ya les estaba quedando. Decir que no es importante y hay que saber hacerlo. Muchas veces nuestro ego no nos deja y creemos que podemos con todos los compromisos, pero no es así. Podemos hacer cualquier cosa, pero no todas las cosas.

Enfrenta ese proyecto que tienes pendiente

¿Cuántos pecamos de procrastinadores? Aunque por lo general tengo tendencia a la acción, muchas veces me pasa que me surgen ideas que dejo estacionadas y sobre las que nunca acciono. Ejemplo de ello es mi programa de contenido semanal, el cual tengo pendiente de empezar hace ya algunos meses. O mi diario de gratitud, que mencioné más arriba. Recientemente hice una de esas cosas que pospuse por mucho tiempo: mi guía descargable para desatar la creatividad, y la satisfacción que sentí fue enorme. Por cierto, puedes descargar la guía visitando mi página.

Revisa tu estacionamiento de ideas y planifica accionar sobre las que sean prioritarias. No lo dejes a la casualidad: organízate y acciona.

Estos son solo algunos de las cosas sobre las cuales yo, personalmente, estoy trabajando para disfrutar más de esta vida de emprendedora. No subestimes el poder acumulativo de los cambios pequeños y constantes en tus rutinas diarias. Paso a paso llegamos lejos y disfrutamos más. ¡Adelante!

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