Se acerca el cuarto trimestre, época en que muchas empresas dedican tiempo a trabajar en su proceso de planificación para el siguiente año. No obstante, yo vengo de la escuela en la que el proceso de business planning se inicia en junio, si en junio, seis meses antes de que comience el nuevo año. ¿Por qué? Porque a la creatividad hay que darle tiempo, espacio y ajustes. Si  apresuramos la creatividad pretendiendo generar grandes ideas en muy corto tiempo, no lograremos innovar jamas.

¿Te imaginas a empresas como Google, Apple o Amazon apresurando su proceso de planificación de negocio? ¡Para nada! Estas empresas dedican todo el año a la creatividad y a la innovación, escuchando constantemente las necesidades de sus clientes e iterando para ofrecer los productos y servicios que éstos necesitan, tal como nos sugiere la metodología del Design Thinking.

¿Qué necesitamos entonces para tener un proceso de business planning efectivo? ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo se hace? ¿Con quién? A continuación te detallo algunas sugerencias:

  1. Define las metas: el primer paso de la planificación es determinar a dónde quieres llegar, cuánto más quieres vender, cuánto más quieres hacer crecer el negocio, cuánto flujo de efectivo necesitas en el corto plazo. Todos estos son puntos a considerar antes de entrar en la generación de ideas.
  2. Investiga: estudia bien a tu consumidor meta. Entiende qué quiere, qué busca. Analiza cómo se está moviendo el mercado, qué nuevos competidores han surgido. Toda esta información te servirá como inspiración a la hora de generar las ideas.
  3. Crea una red creativa: no trates de generar las ideas tu solo, o con el mismo equipo que siempre está expuesto al proceso. Involucra a consumidores, proveedores, generadores de influencia y personas que nada tengan que ver con tu industria. La colaboración radical, uno de los principios del Design Thinking, difiere de los enfoques convencionales porque está diseñada para abarcar múltiples perspectivas en lugar de simplemente confiar en los llamados “expertos”.
  4. Piensa en grande: Una vez hayas creado tu equipo, invítalos a pensar en grande. No se restrinjan por presupuestos o escenarios pre determinados. Toda gran idea puede tener ajustes luego, pero si no piensas en grande no empujarás tu negocio a su entero potencial. Piensen en qué cosas nuevas pueden ofrecer, o cómo pueden resolver la vida de su consumidor meta con sus productos o servicios. El proceso debe ser totalmente humano céntrico, siempre enfocado en el cliente y sus necesidades.
  5. Redacta tu plan: Aterriza las ideas y genera un plan con indicadores clave de rendimiento (o KPIs). Expongan las ideas a algunos clientes y hagan los ajustes necesarios antes de activar. La iteración es otro principio clave del Design Thinking que viene a recordarnos que los planes no están escritos en piedra. Por eso el proceso de innovación debe ser constante.

Otro aspecto que quiero añadir es que el proceso creativo requiere que nos alejemos del día a día y sus ambientes, herramientas y obligaciones. Es recomendable salir de la oficina y gestar el proceso de generación de ideas en un lugar que inspire la creatividad, con espacios abiertos, juguetes y actividades que nos ayuden a desconectarnos.

Si quieres organizar un proceso de business planning más creativo con miras a innovar y a desarrollar un equipo en constante generación de ideas, ¡escríbeme! Puedo asesorarte en el desarrollo de un proceso de business planning lleno de creatividad, colaboración y grandes ideas.

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