Este fin de semana trabajé con una emprendedora que está lanzando una marca para niños. Obviamente su público meta son madres y padres, específicamente de niños entre las edades de uno a cuatro años. En la sesión de coaching creativo nos enfocamos, pues, en entender a profundidad las necesidades, deseos, miedos, limitaciones, añoranzas, expectativas y demás sentimientos de estas personas: los padres y madres de niños entre uno y cuatro años. ¿Sabes por qué? Aquí te explico.
¿Qué es la empatía?
La empatía, o el proceso de ponernos en los zapatos del otro para entender sus sentimientos, sus necesidades y deseos, es el primer paso a la creatividad. Si no entendemos para quién estamos creando no podemos desarrollar productos, servicios y contenidos que resuenen efectivamente con estas personas. En un mundo de data, análisis y números solemos omitir el proceso de la investigación basada en la empatía, pues tenemos a nuestro alcance una gran cantidad de información estándar como edad, género, localización geográfica y nivel socio económico, etcétera, y basamos muchos de nuestros procesos en esta información. Me pasa mucho con los creadores y emprendedores con los que trabajo; les pregunto, ¿conoces a tu público? Y rápidamente abren su app de Instagram y van a las analíticas para decirme ”me siguen tal por ciento de hombres, tal por ciento de mujeres, de tal y tal lugar”. Esto nos dice quienes son, en la superficie. No nos dice cómo son, qué hacen y qué quieren. ¿Me explico?
Por eso el Design Thinking nos invita a ver las cosas desde otra óptica. Esta metodología nos lleva a profundizar en la investigación y observación de nuestro público, muchas veces insertándonos en su realidad cotidiana para entender cosas como:
- Cosas que impulsan su comportamiento
- Que adaptaciones o ‘hacks’ hacen en su vida
- Cosas que le resultan importantes
- Su lenguaje corporal
- Patrones de conducta o comportamiento
- Acciones inesperadas
Les doy un ejemplo: supongamos que nuestra audiencia meta son personas de edad avanzada que toman varios medicamentos al día. Estos medicamentos, cada uno, tiene instrucciones de consumo diferentes: ‘tomar con comida’, ‘tomar en ayuno’, ‘no tomar si va a manejar’, etc. Las instrucciones están escritas en letra pequeña, en el envase de cada uno de los medicamentos. Observando a estas personas de edad avanzada nos percatamos que a muchos se le dificulta saber qué pastilla tomar cuándo y cómo. No pueden leer claramente las instrucciones y el volumen de medicamentos es tal que se les hace confuso. Claramente, observándolos, poniéndonos en sus zapatos, identificamos un problema que nos sensibiliza para crear soluciones muy congruentes con su realidad.
El cliente primero, literal
Muchas veces, cuando creamos un producto, un servicio o un contenido, lo hacemos desde nuestras ambiciones y deseos, desde lo que nosotros creemos que nuestro público quiere, pero el Design Thinking nos invita a pensar diferente. El Design Thinking nos invita a pensar en el problema y en las personas que tienen ese problema para entonces crear soluciones enfocadas en ellos. No en nosotros.
Recuerda: no se trata de ti, se trata de tu audiencia, de tu público, de tus clientes, de lo que ellos quieren y necesitan.
Si estás en Panamá y quieres aprender más acerca de la metodología del Design Thinking te invito a mi taller introductorio el 28 de julio de 8am a 12md. En este ENLACE encontrarás toda la información. O si te interesa mi proceso de coaching creativo utilizando la metodología del Design Thinking, visita este ENLACE para detalles.
Ráscale el cerebro a tus clientes, descubre qué necesitan y ayúdalos a conseguirlo. Es así que logras hacer la diferencia. Inténtalo.