Un par de semanas atrás estaba reunida con un grupo de mujeres emprendedoras y gestoras de contenido. Al inicio de la reunión todas nos presentamos y detallamos brevemente lo que hacemos. Había de todo un poco en ese grupo: bloggers, reposteras, artesanas, coaches, consultoras, etc. En fin, cuando llegó mi turno tuve que detallar varias líneas de trabajo distintas; varios ‘servicios’ y áreas de especialización que ofrezco a través de mi empresa. Lejos de preocuparme por eso, me sentí como un ‘rannaisance woman‘, capaz de especializarme en varias áreas que me gustan y me interesan profundamente.

Es que, cuando en diciembre de 2016 cerré mi ciclo como asalariada para dedicarme a mi emprendimiento, de inicio pensé que quería hacer lo que había hecho por casi 20 años: comunicaciones integradas con especial énfasis en relaciones públicas, influencer marketing y generación de contenido. Lo tenía ‘claro’. A fin de cuentas eso es lo que me había llevado a tener éxito trabajando para otros, ¿no?

Pero poco a poco me di cuenta que no necesariamente quería dedicarle todo mi tiempo a lo que ‘sabía hacer’, sino que quería explorar nuevas rutas y especializarme en otras disciplinas para divertirme haciendo lo que se me da natural, lo que TAMBIÉN me llena de energía y adrenalina.

Es así como nace la aventura del Design Thinking y los servicios de creatividad e innovación. Gracias a unos amigos que se dedican a consultoría creativa e innovación en Puerto Rico, pude, junto a mi esposo, explorar esta disciplina y aprender a manejar su metodología, herramientas y mentalidad de trabajo.  A través de los servicios de consultoría creativa, coaching y las facilitaciones de design thinking ayudamos a nuestros clientes a solucionar problemas, a generar nuevas ideas, a probar conceptos, a desbloquearse y a entender su intención creativa, entre otras cosas. Es un proceso maravilloso y lleno de satisfacción y energía creativa, ¡y es que nada se compara con el sentimiento de generar una nueva idea!

Por eso digo que emprender es un camino lleno de enseñanzas y, si algo nos enseña la creatividad, es que tenemos que tener esa flexibilidad y apertura para ‘dejarnos llevar’ por el proceso de aprender a emprender, rompiendo las barreras de lo que habíamos diseñado o teníamos pensando en un principio. Porque a veces piensas que quieres una cosa y en el camino te das cuenta que también disfrutas otras. Te das cuenta de la gran cantidad de servicios que puedes ofrecer gracias a los talentos que tenías dormidos y que de pronto te permites explorar. Aprender a emprender es mágico y maravilloso, y también requiere de mucha autocompasión porque a veces fallas y te caes, pero siempre hay chance de sacarle provecho a esos ‘errores’.

Emprender es aprender, siempre.

3 thoughts on “Aprender a emprender

  1. Totalmente cierto y gracias por corto pero efectivo articulo. En lo personal estoy en proceso de desarrollar un blog pero ando en ese proceso de encontrar con “que hacer”… Siempre me destacado por pensar diferente (con cierta prudencia) y equilibrar ese estilo de pensamiento creativo pero en que rama o dirección es lo que me esta costando.

    Saludos…

  2. Hola Jess! Estoy poniéndome al día con los post del blog y quiero agradecerte por compartir tu experiencia y conocimiento. Estoy en total sintonía con este post en concreto; en mi caso, reinventarme a nivel profesional ha sido un proceso complejo que inició con la negacion, jamás imaginé poder emprender en algo que NO fuese relacionado con la ingenieria, pero estoy en una etapa de exploración en la que estoy descubriendo que puedo emprender desarrollando habilidades e intereses distintos a la ingeniería pero que me apasionan de la misma forma. Un abrazo, seguiré atenta a tus publicaciones y espero poder contar pronto con tu asesoría.

Leave a Reply