Esta tarde me toca dar una charla a pequeños y medianos emprendedores acerca de la ingeniería de las ideas, o los procesos de innovación a través del Design Thinking. He estado toda la mañana repasando la presentación y preguntándome qué es lo más importante que quiero transmitirle a la audiencia. En el proceso me he dado cuenta que esto del Design Thinking y la ingeniería de ideas es -literalmente- sentido común (que ciertamente es el menos común de los sentidos). ¡El sentido común! Lo mismo que ha llevado a muchos emprendedores a convertirse en multi millonarios a pesar de no haber terminado estudios universitarios, ¿no?
¿Y por qué digo que el Design Thinking es sentido común? Porque es una metodología basada en el ser humano que es quien, al final del día, compra nuestros productos y servicios. El Design Thinking nos invita a generar soluciones a partir de lo que la gente quiere y necesita, no desde lo que nosotros queremos venderle a la gente. ¿Me explico?
El Design Thinking nos lleva, antes que todo, a entender el problema a profundidad, tomando en cuenta, como centro del todo, al ser humano: sus deseos, necesidades, miedos, frustraciones, patrones de conducta, justificaciones, etc. O sea, no se limita a entender al ser humano o al consumidor como una ‘estadística’ o solo desde una perspectiva demográfica o cuantitativa. El Design Thinking nos lleva a mirar más allá de la edad, el nivel socioeconómico y la ubicación geográfica. Este proceso requiere entender por qué los consumidores se comportan de x o y forman y qué los lleva a hacer lo que hacen.
La metodología del Design Thinking también nos lleva a la generación radical de ideas, desde todos los frentes y sin barreras. Para ello debemos adoptar una mentalidad abierta que nos ayude a suspender el juicio y a aceptar las ideas de todos, ya que la colaboración radical es sumamente necesaria en el proceso. Pero si nos adentramos al proceso de colaboración creativa con actitud de ‘si, pero…’ no llegaremos muy lejos.
En fin, no es casualidad que grandes empresas como Google, Apple, Virgin y Samsung, estén adoptando el Design Thinking en sus procesos de innovación y solución de problemas. Lo están haciendo porque es sentido común, porque es poner al ser humano en el centro del proceso, y eso hace toda la diferencia.
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