Hace algunos años, cuando trabajaba para la multinacional Red Bull, liderando las comunicaciones para Centroamérica y el Caribe, nos llevaron a todo el equipo de marketing a una reunión en Córdoba, Argentina. Fue en el mes de junio, en pleno invierno suramericano, en un pueblo llamado La Cumbre, altamente frecuentado por turistas de aventura por sus montañas, senderos y por su zona de saltos y centro de aviación. Era época de ‘business planning’ y nos llevaron allí para rebotar ideas, generar proyectos y darle forma al plan del año siguiente.
Recuerdo que llegamos de noche y nos avisaron que al día siguiente iniciaríamos las labores haciendo algún deporte aéreo: paracaidismo, paragliding, o un recorrido en avión, lo que quisiéramos. Como soy paracaidista experimentada rápidamente escogí la actividad de mi preferencia, pero muchos de mis colegas rieron nerviosamente pensando qué aventura escogerían.
Y, ¿por qué nos invitaron a hacer algo tan fuera de lo común el primer día de nuestro gran ‘brainstorming’ anual? Muy sencillo: para sacarnos de nuestra zona de confort, para abrir nuestras mentes y ayudarnos a pensar desde otra experiencia, desde otra realidad. Esa misma semana, recuerdo, nos hicieron llegar al sitio de las reuniones en bicicleta, en lugar de llevarnos en bus o en carro. Yo fallé monumentalmente esa tarea porque, aunque tengo cientos de saltos en paracaídas, me aterran las bicicletas.
Esta práctica de sacar tiempo para pensar y hacer ‘brainstorming’ en lugares totalmente diferentes a nuestro entorno de trabajo es una excelente forma de abonar a la creatividad, de darle ‘start’ a nuestra imaginación para pensar en soluciones a las que típicamente no acudimos.
¿Qué otros ejercicios creativos pueden llevarnos a encender la chispa creativa? Acá les detallo algunas ideas:
- La atención relajada: Esto es básicamente hacer alguna actividad que requiera poco esfuerzo mental, como ducharnos, tejer, o colorear libros de niños. Cuando hacemos este tipo de actividades nuestro cerebro puede desconectarse e irse en un viaje creativo.
- Trabajar con gente muy talentosa: Tengo un amigo que dirige videos musicales y uno de los artistas con quien trabajó alguna vez le preguntó si quería incorporar al equipo de producción algún director de fotografía de su preferencia. Mi amigo pidió a un ganador del Óscar. Y es que colaborar con gente que admiramos por su talento, habilidad y fuerza creativa nos empuja a generar más ideas, a no limitar nuestro pensamiento y a creer que es posible ir más allá en los proyectos. La única limitante a esto es el ego, principal asesino de la creatividad.
- Aléjate de las pantallas: dialoga, interactúa, comparte con gente real. Pregunta lo que no sepas e indaga cual niño de dos años para conocer qué motiva a la gente y qué soluciones puedes crear para mejorar sus vidas.
Les cuento que, en aquella ocasión en La Cumbre, para cerrar esa semana de creatividad, hicimos una cabalgata y recorrimos los senderos de aquel encantador pueblo. Ciertamente fue una experiencia que nunca olvidaré y que por siempre me ayudará a ver la experiencia de una ‘reunión’ con otros ojos.
Si quieres darle un boost a tu proceso creativo, encontrar tu musa o desbloquearte, pero no puedes irte a un pueblo remoto para pensar, quizás el coaching de creatividad es para ti. A través de nuestras sesiones de trabajo sacamos ese espacio necesario para la creatividad y le damos forma a las ideas utilizando técnicas de ‘design thinkinng’ y ‘creative problema solving’. ¿Te animas?
Vamos, ¡a crear!
Nice, very nice. Un abrazo!