Hace poco, leyendo el libro Creative Confidence de Tom y David Kelley, descubrí la maravillosa historia de un diseñador de General Electric llamado Doug Dietz, quien lideró el diseño de las máquinas de MRI para la división médica de la empresa. Sucede que, un día mientras esperaba orgulloso para ver su diseño en acción en un prestigioso hospital de Estados Unidos, se encontró con una pequeña paciente en el pasillo que se dirigía hacia la sala de exploración con sus padres. Estaba claramente aterrorizada, con lágrimas rodando por su rostro. Al ver a la jovencita, el técnico de MRI inmediatamente llamó al anestesiólogo.
Esa revelación cambió la perspectiva de Dietz por siempre y supo que tenía que hacer un cambio en el diseño de su equipo. Tenía que diseñar desde el corazón, tomando en cuenta las necesidades del cliente final: los pacientes.
A raíz de esto Dietz regresó a la mesa de diseño, tratando de crear desde una perspectiva humano céntrica, tomando en cuenta los sentimientos, miedos y ansiedades de los pacientes que serían expuestos a la máquina. Como no lograría que le aprobaran fondos para crear nuevamente la máquina desde cero, se enfocó con su equipo a rediseñar la experiencia que vivirían los pacientes a la hora de ser examinados en ella.
De ahí nació los Adventures Series de General Electric Healthcare; un reenfoque en la experiencia de exploración médica que lleva a los niños a vivir una aventura de fantasía a la hora de entrar al procedimiento del MRI. Dietz y su equipo, rediseñaron las máquinas, convirtiéndolas en barcos piratas, submarinos y naves espaciales, entre otras. Utilizando historias de exploración, logró transformar una experiencia altamente traumática para los niños en un divertido momento de fantasía. El cambio en la experiencia logró reducir significativamente las intervenciones con anestesia y los niños hasta empezaron a preguntar si podían volver.
Este es un gran ejemplo de cómo la empatía y la capacidad de poner los sentimientos del usuario final al centro del proceso creativo puede ayudarnos a desarrollar mejores productos y servicios.
A través de nuestros servicios de coaching de creatividad te podemos ayudar a dar ese primer gran paso del proceso creativo: entender a tu audiencia, para quién estás creando. Cuáles son sus necesidades, sus miedos, sus deseos, y cómo tu producto o servicio puede ayudarlos.
Recuerda: en lugar de hacer que la gente quiera las cosas que haces, haz cosas que la gente quiere.
¡A crear!